En esta vivienda abierta en tres de sus cuatro lados, había que conseguir mantener su principal característica, el paso de la luz natural en todas sus estancias.
Para ello los revestimientos y el mobiliario debían simplemente cumplir su función e integrarse a la perfección con el espacio, dándole las notas de calidez necesarias con la madera de roble y la luz cálida integrada.
El resultado es un hogar preparado para una vida familiar, funcional y con continuidad entre el interior y el exterior para el aprovechamiento total de la vivienda.
28 diciembre, 2014